Hay historias que parecen sacadas del guion de alguna película, o de una buena novela, pero que son totalmente reales. Como suele decirse, la realidad siempre supera a la ficción, y todavía hay gente con espíritu aventurero que quiere realizar sus sueños, o los de su hija, por muy complicados que parezcan.
Es el caso de Jeremiah Heaton, un padre de familia de Virginia, Estados Unidos, que decidió convertir a su hija en una princesa de verdad, consiguiendo un pequeño reino para ella y el resto de sus hijos. Tal y como suena, cien por cien real.
El territorio en cuestión es Bir Tawil, una región que actualmente se encuentra sin dueño, ya que ninguno de los dos países que la rodean, Egipto y Sudán, no han pedido nunca su posesión.
Se trata de un territorio de algo más de 2.000 km cuadrados, enclavados en pleno desierto del Sáhara, un lugar complicado para acceder, pero aun así, un reino legítimo de los Heaton, que lo consideran como suyo desde que plantaron su bandera en el mismo. Esta historia, por supuesto, tiene muchos más detalles y no tan bonitos, así que vamos a conocerla mejor.
Por qué Bir Tawil no tiene dueño
El caso de Bir Tawil es muy curioso ya que es un territorio que ningún país ha pedido para sí, al menos hasta ahora. Solo limita con dos estados soberanos, Sudán y Egipto, y ambos parecen desentenderse de esta parte del territorio, porque seguramente la considerarán simplemente un trozo de desierto inservible que no les trae a cuenta tener como propio.
Lo más curioso es que ambos países consideran que Bir Tawil pertenecer al otro. Es decir, que Egipto piensa que es territorio sudanés, y Sudán entiende que forma parte de las fronteras egipcias. Bir Tawil lleva en esta situación algo más de un siglo, desde que las fronteras de ambos países se crearon.
El hecho de que ninguno de los dos lo haya pedido para sí ha hecho que el lugar esté completamente desierto y no cuente casi ni con carreteras ni caminos, lo que dificulta muchísimo su acceso. Está claro que en un sitio como éste, con temperaturas inclementes y nada de vida alrededor, el interés de la gente queda muy apagado. Sin embargo, Jeremiah Heaton vio en Bir Tawil el sitio perfecto para proclamar el reino que haría princesa a su pequeña Emily.
Jeremiah Heaton y el sueño de su hija Emily
Cualquier niña ha querido ser princesa en algún momento. Es algo que les llega a través de las películas, los cuentos, incluso las series de televisión. Las princesas viven en grandes palacios, tienen a mucha gente alrededor que satisface todo lo que piden y se visten con preciosos vestidos elegantes.
La pequeña Emily también quería ser princesa, como todas las demás, y así se lo comentó a su padre. Sin embargo, le preguntó también que qué debía hacer para convertirse en una de verdad. Y fue entonces cuando Jeremiah entendió que podía hacer realidad el sueño de su hija.
Lo que empezó como una inocente conversación con la niña derivó en una investigación a través de Internet y de diversas bibliotecas especializadas, en las que el padre encontró un territorio entre Egipto y Sudán que estaba completamente vacío y que no había sido requerido por ninguno de los dos países.
La oportunidad estaba ante él, y aunque sabía que podía ser complicado, no dudo en empezar a preparar la expedición para llegar a Bir Tawil y proclamar allí su propio reino, en el que él sería el rey y por supuesto, su pequeña Emily se convertiría en princesa de verdad a todos los efectos.
Proclamación del Reino de Sudán del Norte
Tras preparar todo el viaje y esperar durante meses el permiso de Egipto para visitar aquella zona desde sus fronteras, Jeremiah Heaton plantó la bandera de la familia Heaton, creada por sus hijos, en el territorio de Bir Tawil, al que denominó desde ese momento Reino de Sudán del Norte, convirtiéndose él mismo en soberano y jefe de estado.
Al no tener dueño ese territorio, Heaton pensó que podría hacerse con él y pedirlo para su familia. Sabía que aquello tendría que estar homologado por diferentes países y naciones, pero ya había pensado en ello.
A través de una intensa campaña de crowfunding, el padre americano trató de conseguir el dinero suficiente para llevar a cabo los trámites y asegurar que Bir Tawil fuera territorio de los Heaton. De hecho, propuso crear allí un pequeño campamento para dar vida a todo aquel lugar, construyendo un aeropuerto, realizando carreteras y caminos y luego, tal vez una ciudad.
No sería la primera en medio del desierto, pero es poco probable que Heaton deje su cómoda vida en Estados Unidos para ejercer como jefe de Estado en Sudán del Norte. Aún así, la historia ha sido tan celebrada que incluso Disney les ha comprado los derechos para llevar la a la gran pantalla.
Jack Shenker y Suyash Dixit también se proclamaron reyes de Bir Tawil
El caso de Jeremiah Heaton llamó mucho la atención, pero desde luego no ha sido el único en tratar de sacar tajada de este territorio entre Sudán y Egipto. Tal vez por el propio efecto llamada de la noticia del norteamericano, otros muchos exploradores hicieron también lo mismo en estos últimos años.
Uno de ellos es el informático indio Suyash Dixit, que reclamó como propio el territorio de Bir Tawil tras llegar allí en una visita turística y colocar su bandera, como reclamo del país de Dixit. El joven piensa que el territorio deberías ser suyo porque regó una semilla en él, así que eso le da potestad para poseerlo.
Otro de los que llegaron antes a esta zona fue el periodista Jack Shenker, que acompañó a un realizador egipcio a este lugar para realizar un reportaje sobre esta tierra niullus, es decir, tierra nula, o tierra de nadie.
Shenker plantó allí una bandera improvisada, pero todo formaba parte del propio reportaje, y en ningún momento se decidió a proclamarse ni rey ni primer ministro, como si hicieron Heaton y Dixit años después. La polémica todavía sigue en este territorio ficticio mientras al sur, en Sudán, la situación humanitaria es catastrófica.